La esponja amarilla que habita Fondo de Bikini debuta en la gran pantalla en Bob Esponja: La película (2004) bajo la dirección de su creador, quien más le conoce, Stephen Hillenburg y Mark Osborne.
La sucesión de gags es buenísima. Doy fe de que tanto los más pequeños como los que ya pegamos el estirón disfrutamos con las ingenuas e idealistas aventuras de Bob Esponja y Patricio. Hay muchas películas distintas dentro de este largometraje. Tenemos una comedia sobre la aceptación personal, una road movie con un mercenario con muchas similitudes a Arizona Baby (1987) de los Coen y un antro a lo La Teta Enroscada, un musical cabaretero con el simpático cacahuete Goofy Goober, e incluso escenas de cine de terror de monstruos.
Sumado a este buen divertimento tenemos una buena retahíla de buenos valores, como lo es esa enseñanza sobre los gobiernos déspotas que nos muestra la primera escena del Rey Neptuno en la cual intenta condenar a muerte a un súbdito por tocarle la corona, siendo su trabajo enlucir tal símbolo monárquico. La obsesión de este gobernante por sus problemas capilares se adelantó a esta época de 2×1 en flequillo y vuelo Turkish Airlines.
Hay que mencionar también la fantástica autoparodia que hace de sí mismo el vigilante de la playa más icónico, Mitch Buchannan AKA David Hasselhoff, convertido en un vehículo acuático a propulsión para solventar los problemas de esponja y estrella de mar.
En definitiva, entretenimiento sólido, de muy buenas maneras, que es muy consciente del carisma que desprenden sus personajes y lo utilizan a su favor. Nada que reprocharle a esta gran película de animación.
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